lunes, 19 de octubre de 2009

En Tu Rostro Hay Mas Lagrimas Que Sonrisas

> Estás muy cansado. Tus fuerzas tambalean. Las dudas te acechan, al> punto de descreer de tu misión. Se anuncia la llegada de un nuevo> reino, tendrías que estar celebrando, pero en tu rostro hay más> lágrimas que sonrisas. La pesadez se adueñó de tu cuerpo. La> energía vital parece haberte abandonado. Seguís dando pasos sólo> por amor a la luz. Tu corazón no se entrega. Sé que estás> necesitando una cuota extra de esperanza, por eso te escribo.> Co-creamos este instante. Nuestras almas programaron, del ola línea del olvido, esta particular forma de volvernos a encontrar. > > Ninguno de los dos previó la importancia de este encuentro. Nos> reímos a carcajadas cuando, segundos antes de encarnar, nos pidieron> que incluyamos esta cita para infundirnos ánimo. No la creíamos> necesaria. Consideramos que nuestros espíritus experimentarían la> densidad de la materia, pero no olvidaríamos nuestra verdadera> esencia. Al vernos tan confundidos, hoy un ángel se apiadó y me> recordó al oído sobre la posibilidad de este encuentro. No importa> sino creés lo que te digo, sólo necesito que me escuches. >
> No puedo verte, pero sí sentirte. Estás extenuado. Sentís como si> remaras contra la corriente. Una catarata de estupidez humana golpea> sobre tus espaldas y te impide avanzar. Te cuesta aceptar que la gran> mayoría de las personas se sienta cómoda viviendo en la> inconsciencia y la insensibilidad. Ellos no te comprenden. Se muestran> tan seguros con sus pseudas verdades que a veces pensás que, tal vez,> el equivocado sos vos. >
Es cierto que tu cuerpo siente el cansancio por tanto peregrinar,> pero lo importante es que tu llama interior se mantiene viva. Eso es> lo que cuenta. Eso es lo que marca la diferencia. Esparcí tu amor por> la vida. Continuá ayudando. Seguí sembrando. La bandera de la> esperanza tiene que seguir flameando, no la pueden derribar. Que hoy> tu pecho se infle de nuevo para gritarle al mundo que, a pesar de> todo, se puede. SE PUEDE. >
> Sé que cada día tenés que juntar coraje para seguir sobreviviendo.> Es comprensible que te duela el corazón. No es fácil moverse en> medio de tanta violencia sin sentido. De todos modos seguís y> seguís. Valoro tu constancia, siempre fuiste de los que nunca se> entregan. Tu pasión no se apagará jamás. Conozco tu espíritu. > > ¿Acaso creés que mi realidad es diferente a la tuya? Al escribirte> también me escribo. El ángel me ayudó a recordar. Ambos sabemos que> estamos dispuestos a dar nuestro cien por cien para ayudar a> transformar la realidad. Cada vez somos más. Animo. Tu vibración> hace que también otros se pongan de pié. >
> A lo lejos veo que se ilumina otra parte del camino. Debés ser vos,> eterno amigo, que ya terminaste de leer este mensaje y sentís que tu> corazón estalla de felicidad, al igual que el mío, por> reencontrarnos aunque sea de este modo. Gracias por estar, por seguir> y por no bajar los brazos. Nos vemos del otro lado de la línea del> olvido. > > J. A. Pagano>

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