jueves, 13 de mayo de 2010

VISION INTERIOR- ¿REALMENTE QUIERO CAMBIAR?


¿REALMENTE QUIERO CAMBIAR?
Nuestra vida ya comienza con un corte radical… Pasamos de una mullida y calurosa simbiosis con
nuestra madre, a entrar ¡¡¡en este mundo!!! Pasamos de dentro, afuera, de la oscuridad a la luz.
Estábamos acogidos en un lugar muy interno e íntimo, tamizado sus ruidos en un profundo sigilo,
envueltos en su calor. En este lugar nos formamos, dormimos, bostezamos, bebemos, nos
nutrimos, crecemos. De golpe, sufrimos una separación que supone un desgarre, para pasar de
pronto a un lugar donde sentimos frío por primera vez, donde nos ciegan luces fuertes, y nos
asustan ruidos estridentes... Extrañamente solo/a, separado/a, en un mundo lleno de sensaciones
desconocidas… ¡No es nada raro que el cambio nos asuste tanto! Este es el origen de que
cualquier situación de cambio nos de pánico, ya que revivimos la separación inicial que recordamos
como un “no te quiero”.

Si has tenido la suerte de que unas manos amorosas te colocaron enseguida junto al pecho de tu
madre, seguramente los cambios te darán menos miedo… El bebé puede mirar este mundo nuevo
con asombro e interés, apoyado en el contacto piel con piel, con el calor y el olor conocidos. Si has
tenido esta suerte, serás uno de los afortunados a quien lo nuevo asusta menos. Cuando somos
adultos, el cambio viene a recordarnos esta primera separación, lo que hace lógico que quieras
quedarte en el conocido lugar donde te encuentras, aunque no seas feliz. Cada vez que comienzas
algo nuevo, como este curso, pueden cambiar muchas cosas.

Para por unos segundos de leer. Cierra los ojos y pregúntate ¿qué siento ante esta perspectiva?
Hazlo.

A veces decimos a los 4 vientos que añoramos algo distinto, un nuevo trabajo, una nueva pareja,
cambiar de ciudad, incluso dedicarte a algo que tu entorno considera insólito y absurdo, pero que tu
alma anhela profundamente y que sabes que te debes. Honrar nuestra alma atreviéndonos a
cambiar, es como tirarse al vacío y confiar en que tendremos alas para volar; entonces, las
tendremos... Si la oportunidad apareciera delante de ti ahora mismo: ¿vas a lanzarte realmente?
¿Estás preparada/o para ello?

También puede ser al revés. Acomodados en nuestra rutina, si miramos con honestidad hacia
adentro, quizás descubramos que en realidad ni lo queremos. Puede ser una fantasía que
mantienes, para no disfrutar del aquí y ahora. Si es tu caso, pregúntate: ¿me doy permiso para
disfrutar de todo lo que tengo?

AFIRMACIÓN: “¿Por qué no ahora? Sí, lo hago.”

Lo mismo pasa internamente.
A veces añoras un estado de ánimo distinto, más alegre, o más leve, o menos dramático, o más
responsable, o más libre… ¡Pero no acabas de tomar la decisión de alcanzarlo! Te dejas vencer por
la inercia de lo conocido. El hábito tiene mucha fuerza y nos resignamos. Esto nos hace
inmovilistas. Cualquier pequeño cambio nos marea, nos asusta. Queremos mantenerlo todo
“quieto/parado,” para sentirnos seguros/as y sentir que la situación está bajo control, aunque
vivamos vidas grises y nos convirtamos en hombres y mujeres grises.

¿Te suena? Si esto te pasa a ti, el mero hecho de estar leyendo estas líneas ya es un gran merito.
Pero… ¿de verdad crees que es posible tenerlo todo bajo control?

Igualmente está el caso contrario: ¡no aguantas la inmovilidad! Necesitas cambios continuos,
moverte, probar cosas nuevas sin cesar, lo cuál no quiere decir que no tengas también miedo. Es el
miedo de sentirte, de estar. Una sed de novedad y de exploración. Es imposible estabilizarse,
aguantar la rutina. Al cabo de un tiempo hay que cambiar lo que sea. Correr, correr, consumir la
vida para huir de dentro. Un proyecto después del otro esperando que el siguiente vaya a ser el
definitivo. Una sed insaciable de algo que todavía no has conseguido encontrar. Siempre detrás de
emociones fuertes. Sin el “chute” de los altibajos, es como si la vida no tuviera interés. Lo cotidiano
es gris, muerto, anodino: ¡hay que huir de ello como sea!

Para un poco y siente. Entre estos dos extremos, ¿dónde estoy yo?


INSTRUCCIONES
Si has leído con atención las instrucciones de la 1ª lección, recordarás que contenían varias
indicaciones. Es hora de ver hasta donde las has podido seguir. Es importante que sepas que este
curso no está pensado para crearte nuevas y pesadas obligaciones, ni que lo lleves como una
carga. La intención es que vayas cogiéndole el gusto, hasta llegar a echarlo de menos cuando por
algún motivo no lo puedas hacer…
Si has leído el texto una sola vez, ya una pequeña información ha entrado en tu sistema de
creencias. Información es poder; información es lo que permite poner orden, comprender, ampliar tu
visión. Es un antídoto para el sufrimiento. Si lo has leído dos veces, mejor. Si fueron dos veces cada
semana, mejor todavía. Si lo has hecho diariamente, a excepción de un par de días en que no
pudiste, ¡enhorabuena! La intención del curso es que cada vez que lo olvides o lo dejes de lado,
llegue otra lección, animándote a retomar, a recomenzar cada vez, hasta que finalmente se
establezca el hábito placentero de dedicar unos minutos a ti mismo/a y a tu interior cada día.

AFIRMACIÓN: “¿Por qué no ahora? Sí, lo hago.”

Relee lo que has escrito sobre los 2 ejercicios de la quincena anterior. Recuerda lo que has sentido
al hacerlos y lo que contestaste a las preguntas formuladas.

EJERCICIO INTERIOR
1ª semana: Estamos hablando de cambiar. Es hora de contemplar tu historia personal y ver cómo
has vivido los cambios importantes de tu vida. A veces, irte del pueblo a la ciudad, de un país a otro
o hasta de un colegio a otro te ha marcado de tal manera que esta experiencia va a determinar tu
forma de afrontar cualquier mudanza... Si el resultado fue satisfactorio, te dio seguridad, amplió los
horizontes de tu vida, serás de los que ven los cambios como algo súper positivo y auspicioso. Si
por lo contrario, las cosas salieron mal, la felicidad anterior se cortó de forma abrupta y
desagradable, te quedaste desplazado y siguieron años de sufrimiento, entonces te defenderás de
las grandes transformaciones y preferirás quedarte donde estás, sin mover ficha, aunque sufras…


Así que sugerimos que abras tu cuaderno y hagas una lista de los principales cambios por los que
pasaste en tu vida, desde la infancia hasta el día de hoy. No saltes ninguno, aunque te parezca de
menor importancia. Puedes ir completando la lista durante la semana, pues a lo mejor recuerdas de
repente una muerte que te ha marcado, o aquel amigo/a que desapareció de tu vida, o aquella
temporada en otro lugar, de la que te habías olvidado...

2ª semana: Esta semana vas a retomar tu cuaderno y repasar la lista de experiencias en las que tu
vida pasó por un gran cambio. Subraya la más significativa de todas, luego la siguiente y otra más.
A continuación, dale un título a la más significativa, revívela emocionalmente y luego descríbela en
el cuaderno con el mayor detalle posible, con especial énfasis en tus sentimientos. Pasar al papel
tu vivencia va a ser el primer paso para limpiar cada escena de su carga emocional.


Cuando termines la primera, deja que pase un día o hasta dos.
Luego sigue con la siguiente escena, repitiendo los mismos pasos.
Después de otra pausa de un día, acomete la 3ª escena, siguiendo las indicaciones.
Si sientes que alguna de las escenas menos importantes está muy cargada emocionalmente, sigue
el mismo procedimiento.

EJERCICIO PRÁCTICO
Localiza un hábito tuyo: la forma de desayunar o de poner la mesa, el hábito de leer el periódico de
una forma determinada, encender la tele al llegar a casa... lo primero que se te ocurra. Esta
quincena altera este hábito solo un poquito y mira cómo te sientes con esta variación.

1 comentario:

  1. pues yo no quiero cambiar anda
    mas bien quiero pulirme
    bueno si
    me cambio el color del pelo
    ala
    un besico
    como me gusta que trabajes en tu blog
    greacias por compartirlo

    ResponderEliminar